Lo primero que hay que hacer es comprobar si existen desencadenantes (fármacos, alteraciones hormonales, etc.) que puedan estar agravando el cuadro clínico, para corregirlos. En pacientes asintomáticos no hay que hacer nada; no existe indicación de marcapasos. Únicamente se puede advertir al paciente con disfunción sinusal asintomática que evite fármacos que depriman más el automatismo sinusal, como los betabloqueantes, que se utilizan frecuentemente, por ejemplo para tratar la hipertensión arterial.
Si el paciente tiene disfunción sinusal sintomática, es decir, si el paciente tiene síncopes u otros síntomas y encontramos, además, signos en las pruebas complementarias, la indicación es un marcapasos definitivo, que estimula la aurícula. El marcapasos es un aparato que se implanta por vía intravenosa (subclavia) con anestesia local. Se ponen uno o dos cables, que irán a la aurícula derecha o a ambas cavidades derechas. El marcapasos puede “remedar” el comportamiento fisiológico del nodo sinusal en respuesta a las necesidades del organismo, mediante sensores de actividad, por dos mediciones principalmente:
- Posee un acelerómetro que mide el movimiento del paciente. El marcapasos acelera el corazón cuando hay más movimiento corporal.
- Hay otros sensores capaces de aumentar la frecuencia cardiaca cuando se produce un aumento de la frecuencia respiratoria. Es capaz de actuar en situaciones como la fiebre o el estrés, que exigen también un aumento de la frecuencia cardiaca. El aparato mide las variaciones de impedancia del tórax y en función de éstas, calcula la frecuencia respiratoria.