En ocasiones es conveniente realizar una evaluación objetiva de la limitación física del paciente con respecto al ejercicio, bien para comprobar si los síntomas que refiere el enfermo son reales, bien para establecer comparaciones evolutivas.
El medio más objetivo para evaluar la capacidad física del paciente con insuficiencia cardiaca es realizar una ergometría cuantificando al mismo tiempo el consumo de O2; sin embargo, no todos los centros disponen de esta posibilidad, ni todos los pacientes con insuficiencia cardiaca tienen acceso a su realización.
Una alternativa es realizar ergometría simple, empleando protocolos graduales, distintos de los utilizados para la detección de isquemia miocárdica.
Otra prueba sencilla es la distancia máxima que el paciente es capaz de recorrer en seis minutos.