La sintomatología de la insuficiencia mitral viene dominada por los síntomas secundarios a congestión pulmonar (disnea de esfuerzo, ortopnea, etc.) y, eventualmente, de fracaso cardiaco derecho, aunque éste es menos frecuente que en la estenosis mitral. La evolución sintomática puede ser muy insidiosa, y pueden cursar, con pocos síntomas, grados avanzados de insuficiencia mitral si la aurícula es muy distensible.
Cuando la insuficiencia mitral es secundaria a cardiopatía isquémica a menudo los síntomas predominantes son los de la enfermedad causal; y en todo caso, la insuficiencia mitral puede ser transitoria, coincidiendo con los episodios de isquemia.
A la exploración física el hecho más característico es un soplo pansistólico mitral que se ausculta mejor en el ápex y que tiende a irradiarse hacia la axila.
La denominación de pansistólico hace referencia a que abarca todo el período sistólico, y es un hecho distintivo de los soplos eyectivos de, por ejemplo, la estenosis aórtica. En estos últimos el soplo no comienza hasta pasado un periodo después del primer ruido cardiaco, correspondiendo el intervalo a la fase de contracción isovolumétrica que media entre el cierre mitral (primer ruido) y la apertura aórtica. También en los soplos eyectivos se finaliza antes del segundo ruido (cierre aórtico), cuando las presiones intraventriculares y aórtica tienden a igualarse. Por el contrario, en la insuficiencia mitral la regurgitación comienza durante la contracción isométrica y dura hasta el final de la sístole. Auscultatoriamente este hecho se traduce en que no se aprecia espacio de silencio alguno entre primer ruido y comienzo del soplo, que a su vez se continúa sin solución de continuidad hasta el segundo.
En ocasiones, sin embargo, el soplo puede estar confinado a la segunda mitad de la sístole. No es infrecuente oír un tercer ruido, reflejo del llenado rápido ventricular, que da lugar a un ritmo de galope.
La auscultación pulmonar permite detectar estertores en las bases pulmonares cuando existe insuficiencia cardiaca de lado izquierdo; con frecuencia este hecho está ausente en reposo. Por último, si hay afectación del lado derecho del corazón pueden encontrarse los signos típicos de congestión sistémica (edema, hepatomegalia, aumento de la presión venosa yugular, etcétera).