En circunstancias normales el subendocárdio está sometido a unos mayores requerimientos de O2. Esto se traduce en un cociente flujo subendocárdico/flujo subepicárdico 1,25/1, debido a una mayor tensión de pared en esta zona.
Por otra parte, el componente extravascular de las resistencias vasculares (la compresión extrínseca miocárdica) es mayor en el subendocardio, cuya irrigación sistólica es prácticamente nula a diferencia de lo que sucede en el subepicardio.