El tratamiento de la cardiopatía isquémica incluye medidas generales, medios farmacológicos y no farmacológicos. Las medidas generales tienden a adecuar el nivel de actividad física a las capacidades de cada paciente y a modificar los factores de riesgo. En ese sentido la dieta debe estar orientada a evitar el sobrepeso, reducir la tensión arterial (poca sal) y evitar el exceso de grasas, junto con la prohibición de fumar.
El tratamiento farmacológico se aborda con fármacos antiisquémicos y antitrombóticos.
- Fármacos antiisquémicos: nitratos, calcioantagonistas y betabloqueantes.
- Fármacos antitrombóticos: agentes antiagregantes plaquetarios y fármacos fibrinolíticos.