El electrocardiograma no suele ser de ayuda diagnóstica en la insuficiencia cardiaca, aunque puede servir para orientar sobre su causa; por ejemplo, la presencia de signos de necrosis orienta hacia una etiología isquémica, en tanto que un crecimiento ventricular izquierdo por sobrecarga sistólica puede apuntar hacia una estenosis aórtica o cardiopatía hipertensiva.
El aumento de presión auricular hace que pueda detectarse crecimiento de aurícula izquierda, y no es infrecuente la fibrilación auricular. En casos avanzados de insuficiencia cardiaca puede verse bloqueo de rama izquierda (hasta en un 30 % de los pacientes con función sistólica deprimida, lo que tiene importancia a la hora de planear el abordaje terapéutico) y, en ocasiones, alternancia eléctrica del voltaje del QRS. La taquicardia sinusal suele ser la norma, y no es infrecuente encontrar arritmias ventriculares. Es posible detectar alteraciones de la repolarización secundarias a trastornos electrolíticos debidos al tratamiento (hipopotasemia).
El ECG normal es excepcional en la insuficiencia cardiaca. La radiografía de tórax constituye uno de los instrumentos diagnósticos más útiles en el diagnóstico y la valoración de la insuficiencia cardiaca.