Como se indica en la sección [Clínica IC], los episodios de agudización o descompensación de insuficiencia cardiaca son motivados con frecuencia por factores desencadenantes. Es importante reconocer, prevenir y tratar estos factores, máxime cuando el diagnóstico de alguno de ellos se basa fundamentalmente en un grado elevado de sospecha (como los microembolismos pulmonares).
Desde el punto de vista de la prevención, es conveniente evitar las infecciones, por lo que
es recomendable vacunar a todos los pacientes con insuficiencia cardiaca frente a procesos gripales.
En casos de fibrilación auricular, episodios previos de tromboembolismo, trombo intracavitario y, lo más discutido, cuando hay cardiomegalia manifiesta o insuficiencia cardiaca derecha con edema y relativa inmovilidad, debe instaurarse tratamiento anticoagulante con dicumarínicos (puede bastar con un INR de entre 2 y 3).
La fibrilación auricular recurrente constituye un reto terapéutico, pues aunque pueden emplearse agentes antiarrítmicos para prevenirla, existen datos que sugieren que el empleo de quinidina con este fin podría aumentar la mortalidad. No está demostrada la inocuidad de otros agentes efectivos en este sentido (como la flecainida). La amiodarona constituye una buena alternativa, junto con el dofetilide.