Entre las causas secundarias de miocardiopatía dilatada (MCD) hay una relativamente frecuente e importante porque es potencialmente reversible: la miocardiopatía alcohólica. De hecho, es la causa más frecuente de miocardiopatía dilatada secundaria; suele aparecer en individuos que han consumido cantidades importantes de alcohol durante largos períodos de tiempo (por lo general, más de diez años). De todas formas, no todos los alcohólicos padecen esta enfermedad, ya que existe variabilidad en la susceptibilidad a presentarla, posiblemente debido a factores genéticos.
Los individuos con el polimorfismo DD del gen de la enzima conversora de angiotensina tienen un mayor riesgo de MCD alcohólica. Los mecanismos implicados son potencialmente varios: el efecto tóxico directo del alcohol o alguno de sus metabolitos; la deficiencia de tiamina en casos de desnutrición, que frecuentemente acompaña al alcoholismo; o la toxicidad de algún aditivo, como el cobalto que se empleaba en algunos tipos de cerveza.
Las manifestaciones histopatológicas y clínicas son indistinguibles de la MCD idiopática; son frecuentes las arritmias supraventriculares. El tratamiento es el mismo que el de la miocardiopatía dilatada, y es clave la supresión de la ingesta de alcohol, con lo que, en general, suele mejorar la función ventricular. En todo caso ésta es una medida que debe aconsejarse en todos los casos de MCD –excepto en los abstemios, obviamente- ante la posibilidad de que la ingesta de alcohol, aunque sea moderada, pueda jugar un papel en la enfermedad.