Los pacientes que ya han sufrido un episodio de fiebre reumática están expuestos a recurrencias, en especial si el primero de ellos se acompañó de carditis. Las lesiones de la fiebre reumática tienen preferencia por el tejido conectivo, distribuyéndose alrededor de los vasos. En el corazón la lesión típica es el nódulo de Aschoff, un granuloma submiliar que se acompaña de degeneración fibrinoide del colágeno.
Estos nódulos se localizan en el miocardio, pero la afectación reumática es una pancarditis que afecta también al endocardio -con valvulitis verrucosa que al curar puede producir engrosamiento y retracción fibrosa de válvulas y aparato subvalvular- y al pericardio, con derrame serofibrinoso. La artritis es exudativa y cura sin dejar deformidades. No existen lesiones características de la corea.