Aunque el ejercicio físico es, en general, protector frente a la mayor parte de las complicaciones cardiovasculares, incluyendo la incidencia de fibrilación auricular, puede incrementar el riesgo de esta última cuando el nivel de ejercicio es muy elevado. Un reciente estudio de un grupo británico sobre más de 400 000 individuos confirma que la actividad física regular reduce la incidencia de FA independientemente del nivel alcanzado, pero solo en mujeres. En hombres la protección se pierde por encima de un cierto nivel, e incluso el riesgo de FA aumenta cuando este es exhaustivo.
La actividad física de cualquier intensidad protege de la fibrilación auricular, pero solo si eres mujer
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