En el reciente congreso de la Asociación Americana de Cardiología se han presentado varios estudios empleando un nuevo tipo de fármaco para reducir el colesterol. Los agentes son inhibidores de la proproteína convertasa subtilisina/kexina de tipo 9 (PCSK9), aunque no es recomendable aprenderse este nombre hasta que tengamos más información sobre ellos, y quizá ni siquiera entonces.
La administración es subcutánea cada cuatro semanas, y en pacientes con hipercolesterolemia familiar heterozigota, pacientes con intolerancia a estatinas (y tomando ezetimibe) o enfermos que no alcanzan el objetivo con dosis máximas de estatinas, estos agentes consiguen una reducción cercana al 50 % de LDL colesterol. Aún son datos prematuros, pues hace falta información sobre seguridad, efectos a largo plazo y reducción de eventos clínicos, pero la historia promete aportar una ayuda adicional a nuestros pacientes, y entretenimiento para médicos, industria farmacéutica y gestores sanitarios.