Hace unos años, un grupo sueco informó de que, tras un primer infarto de miocardio, los pacientes que habían tomado inhibidores de la fosfodiesterasa 5 para la disfunción eréctil tenían un 33 % de mortalidad menos que los que no habían tomado estos fármacos[1]. Ahora, el mismo grupo reporta que, en un grupo de más de 18 000 pacientes coronarios, los inhibidores de esta fosfodiesterasa tenían menos mortalidad, infarto recurrentes u hospitalizaciones, que pacientes tratados con alprostadil local[2]. Estos resultados vienen a confirmar que, administrados con las debidas precauciones, este tipo de fármacos para la disfunción eréctil no solo mejoran la calidad de vida, sino también la supervivencia.
[1] Andersson DP, Trolle Lagerros Y, Grotta A, etc. Association between treatment for erectile dysfunction and death or cardiovascular outcomes after myocardial infarction. Heart 2017; DOI:10.1136/heartjnl-2016-310746.