La obesidad y la ingesta elevada de sal parecen actuar de forma sinérgica para incrementar el riesgo de enfermedad cardiovascular más en mujeres que en hombres, y parece que sobre todo en mujeres jóvenes, premenopáusicas, según datos presentados durante una conferencia magistral en el congreso anual de la Sociedad Americana de Fisiología. Esto parece estar en relación, en parte, con una mayor expresión de receptores mineralocorticoideos en las células endoteliales en presencia de progesterona.
Más diferencias de género en el riesgo cardiovascular
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