Un estudio italiano reciente ha analizado el sustrato genético de un grupo de 81 supercentenarios (más de 105 años), encontrando que la diferencia con gente de menor edad es la actividad de genes relacionados con la reparación del ADN. Además, esta gente tiende a vivir activamente, de forma no dependiente, y a morir de modo más o menos repentina. ¿Se puede pedir más?