CARDIOFAMILIA | Cardiología y medicina de familia (Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria de Málaga)

noticia-embarazo-paro-cardiaco-cardiofamilia El paro cardiaco puede sobrevenir durante el embarazo. Hasta ahora no había recomendaciones exhaustivas sobre cómo tratar esta situación ni para las mujeres y sus familias, ni para los testigos o asistentes circunstanciales, ni para los profesionales de los servicios médicos de urgencia que se encontraban ante un evento de este tipo, a menudo mortal.

La American Heart Association (AHA) publicó hace unos días las primeras recomendaciones integrales sobre el abordaje del paro cardiaco en embarazo. La declaración de consenso la ha publicado la revista Circulation. Lo que no queda claro aún es la frecuencia con la que se producen dichos paros cardiacos. Un estudio sugiere que una de cada 12.000 mujeres embarazadas estadounidenses con admisión para el parto sufre paro cardiaco, pérdida abrupta de la función cardiaca originada por un fallo en el circuito eléctrico del corazón. Sin embargo, lo más probable es que esa cifra subestime el número real, ya que no incluye a las mujeres embarazadas con paro cardiaco en entorno extrahospitalario, según la autora principal de la declaración, Dr. Farida Mary Jeejeebhoy, cardióloga de la Universidad de Toronto y del William Osler Health System, Brampton, Canadá.

Para Jeejeebhoy, el paro cardiaco y otras causas de muerte durante el embarazo van en aumento y lo han ido durante décadas. Podría deberse a que cada vez hay más mujeres con factores de riesgo de enfermedades del corazón que se quedan embarazadas. Son mayores, pueden tener diabetes, hipertensión arterial, obesidad o colesterol alto. "También hay mujeres con problemas de salud más crónicos, como la enfermedad renal crónica, trastornos convulsivos y enfermedad pulmonar (como el asma) que se quedan embarazadas", dijo Jeejeebhoy. "Puede que no sea la enfermedad la que pone en riesgo a la madre, sino más bien el tratamiento inadecuado del problema de salud subyacente, ya que se tiene miedo a tratarlo porque se está en situación de embarazo." Además de los problemas de salud existentes, hay posibles complicaciones del embarazo, como la preeclampsia y la diabetes gestacional, que pueden agravar una situación de riesgo.

Lo ideal, según Jeejeebhoy, sería que las mujeres embarazadas con problemas de salud crónicos recibieran atención médica en centros especializados en embarazos de alto riesgo. En los EE. UU., las causas más comunes de paro cardiaco en embarazadas son sangrado, insuficiencia cardiaca, embolia de líquido amniótico (es decir, cuando el fluido que rodea al bebé entra en el circuito sanguíneo de la madre y produce una reacción alérgica) y la sepsis (infección grave). Prácticamente el 60 % de las mujeres embarazadas que sufren un paro cardiaco en entorno intrahospitalario sobreviven.

RECOMENDACIONES ANTE PARO CARDIACO EN EMBARAZADAS, SEGÚN LA AHA


Pasos que los testigos o asistentes circunstanciales pueden dar para ayudar a mujeres embarazadas en situación de parada cardiaca.

En primer lugar, hay que llamar al 112 (o 061) e informar al operador de que la mujer en parada cardiaca está embarazada. De este modo se pondrá sobre aviso a emergencias para que adopte medidas especiales, tales como desplazar a un equipo de urgencias adicional y, en caso necesario, trasladar a la paciente a un hospital para que se le realice una cesárea de urgencia.

La declaración de consenso también ofrece recomendaciones detalladas sobre los distintos niveles de atención que deben recibir tanto la embarazada como el recién nacido por parte del personal médico de urgencias y del personal hospitalario.

Asimismo, indica que se debe asesorar a las mujeres con problemas de salud crónicos o enfermedades subyacentes sobre los riesgos del embarazoLas mujeres en situación de riesgo que quedan embarazadas deben recibir la atención de especialistas en medicina obstétrica.

También se ofrece un gráfico de puntuación de alerta temprana para los profesionales de la salud, de tal manera que puedan llegar a predecir cuándo una paciente embarazada puede sufrir un paro cardiaco.

"Es muy importante que todos los hospitales cuenten con un plan de respuesta para el paro cardiaco en el embarazo", señala Dr. Jeejeebhoy. "Necesitamos programas de formación especializada para el manejo del paro cardiaco en el embarazo".

En 2011 las razones por las que hubo mayor porcentaje de muertes en situación de embarazo fueron:

  1. Enfermedad cardiovascular: 15,1 %;
  2. Enfermedad no cardiovascular: 14,1 %;
  3. Infección/sepsis: 14 %;
  4. Hemorragia: 11,3 %;
  5. Cardiomiopatía: 10,1 %;
  6. Tromboembolismo pulmonar: 9,8 %:
  7. Trastorno hipertensivo del embarazo: 8,4 %;
  8. Embolia del líquido amniótico: 5,6 %;
  9. Accidente cerebrovascular: 5,4 %;
  10. Complicaciones de la anestesia: 0,3 %;

Fuente: Centros de Prevención y Control de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention) 

Fuente:  American Heart Association

noticia-reanimacion-cardiopulmonar-35-minutos-minimo-cardiofamilia En el Congreso de la ESC 2015 se ha presentado un estudio liderado por el Dr. Yoshikazu Goto, profesor asociado y director del Departamento de Urgencias y Cuidados Críticos de Medicina del Hospital Universitario de Kanazawa, Japón, en el que se determina que la reanimación cardiopulmonar (RCP) de un paro cardiaco en entorno extrahospitalario debe ser al menos de 35 minutos. El estudio, que se llevó a cabo con más de 17.000 pacientes, halló que casi todos los supervivientes lo fueron dentro de los márgenes de 35 minutos de reanimación cardiopulmonar. Un mayor tiempo de RCP no demostró mejores resultados.

El Dr. Goto señaló que la decisión sobre cuándo dejar los esfuerzos de reanimación supone uno de los mayores retos para los profesionales médicos y el personal sanitario de urgencias. La duración apropiada de la reanimación cardiopulmonar no estaba clara, y los sanitarios siempre han expresado su preocupación acerca de que una reanimación prolongada podría resultar inútil. Dr. Goto indicó que su equipo investigó cuánto tiempo debía llevarse a cabo la RCP para lograr la supervivencia máxima y con resultado neurológico favorable.

Este estudio prospectivo incluyó a 17.238 adultos a los que el personal médico del servicio de urgencias practicó la reanimación cardiopulmonar en entorno extrahospitalario entre 2011 y 2012. Los registros de pacientes se obtuvieron de una base de datos nacional. Los investigadores analizaron la relación entre la duración de la RCP prehospitalaria por personal de urgencias (el tiempo transcurrido desde el inicio de la intervención de reanimación hasta el momento de retorno del paciente a la circulación espontánea) desde dos ángulos: la supervivencia a un mes de la intervención de reanimación y el resultado neurológico favorable a un mes del paro cardiaco.

El estudio revela que la probabilidad de supervivencia disminuye con cada minuto de RCP. También demuestra que el 99,1 % de todos los supervivientes y el 99,2 % de los supervivientes con resultados neurológicos favorables consiguieron el retorno a la circulación espontánea dentro del margen de 35 minutos. Ningún paciente con una intervención RCP superior a 53 minutos sobrevivió un mes después del paro cardiaco. El Dr. Goto dijo: "Nuestro estudio demuestra que el personal de urgencias y los médicos deben continuar con la RCP durante al menos 35 minutos en los pacientes que sufren un paro cardiaco fuera del hospital [...]. Nuestro hallazgo sobre que la probabilidad de supervivencia con resultado neurológico favorable disminuye con cada minuto de la RCP indica que el tiempo desde el paro cardiaco a la RCP es un factor crucial para determinar si un paciente va a volver a una vida normal [...] Esto implica que tenemos que empezar la RCP lo antes posible." Y concluyó: "Esperamos que nuestros hallazgos den el personal de urgencias y a los médicos la certeza de que si dejan de RCP después de 35 minutos han hecho todo lo que podían hacer por un paciente".

Fuente:  European Society of Cardiology | Congress 2015

El estudio de la Universidad de Reading es el mayor ensayo aleatorio controlado hasta la fecha en comparar el efecto del cambio de ácidos grasos saturados (AGS) por ácidos grasos monoinsaturados (AGM) o por ácidos grasos poliinsaturados n-6 (AGP n-6) sobre los indicadores clave de la salud coronaria.

PRINCIPALES RESULTADOS

Al reemplazar los AGS con AGM, la tensión sanguínea nocturna se reduce una media de 5 mmHg. Una reducción de 3 mmHg en la tensión sanguínea se relaciona con una reducción del 5% en el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular.

Los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), el colesterol “malo”, se reducen entre el 11 y 14% al sustituir los AGS por AGM o AGP n-6, que equivale a una reducción de 17 al 20% del riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los niveles de colesterol "malo" aumentaron una media de 10% al seguir una dieta alta en AGS.

No hubo un efecto importante sobre la salud de los vasos sanguíneos.

La enfermedad cardiovascular es responsable de más de un 25% de las muertes en Reino Unido. Para evitar el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, las autoridades sanitarias recomiendan, además de dejar de fumar, realizar ejercicio físico de forma regular y seguir una dieta equilibrada que incluya variedad de frutas y hortalizas. Asimismo indican que se debe reducir la ingesta de AGS en la dieta. Sin embargo, la comunidad científica empieza a cuestionar estas recomendaciones.

El estudio de la Universidad de Reading se realizó con 195 hombres y mujeres de entre 21 y 60 años con un riesgo moderado de desarrollar enfermedad cardiovascular. Los factores incluían la tensión sanguínea, niveles de colesterol en sangre elevados o sobrepeso. Se asignaron de forma aleatoria tres dietas experimentales que los participantes en el estudio debían seguir durante 16 semanas (enriquecidas con AGS, AGM o AGP n-6).

Las fuentes de grasas incluían alimentos fácilmente intercambiables, tales como aceites, alimentos untables, productos lácteos o tentempiés. Los otros aspectos de la dieta, incluidos la energía, las proteínas y los hidratos de carbono, no se modificaron. Antes y después de los cambios dietarios se tomaron medidas del funcionamiento de los vasos sanguíneos, la tensión sanguínea, grasas en sangre y otros factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.

La autora principal del estudio es Julie Lovegrove, catedrática en Nutrición Humana en el Hugh Sinclair Unit de Nutrición Humana, Universidad de Reading (Reino Unido). Lovegrove afirma que «el impacto de las grasas saturadas sobre la salud es uno de los temas de debate más importantes de nuestra generación. Los consejos actuales del gobierno aconsejan una reducción en las grasas saturadas, pero los estudios recientes cuestionan la relación entre la grasa saturada y la enfermedad cardiovascular. Lógicamente, esto ha confundido a la opinión pública. Por lo tanto, es esencial que se realicen estudios experimentales sobre la dieta que sean fiables y a gran escala, con el fin de proporcionar a los responsables de formular las políticas sobre la dieta una información que sea exacta y basada en evidencias. Nuestro estudio demuestra que reducir la grasa saturada en la dieta y reemplazarla por grasas monoinsaturadas reduce la tensión sanguínea nocturna. El hecho de reemplazar las grasas saturadas por grasas monoinsaturadas o por ácidos grasos poliinsaturados n-6 también reduce de forma significativa los niveles de colesterol "malo"».

Estos hallazgos están en consonancia con los consejos actuales del gobierno, que indican que se deben reemplazar los AGS por grasas insaturadas.

Lovegrove añade: «Sólo en el Reino Unido fallecen cada año 160.000 personas por enfermedad cardiovascular. Todavía no se sabe cuál de las grasas insaturadas es más beneficiosa para la salud. Sin embargo, nuestra investigación muestra que reemplazar las grasas saturadas en la dieta por cualquiera de los dos tipos de grasas insaturadas reduce los riesgos de enfermedad cardiovascular».

La doctora Alison Tedstone, principal nutricionista en Public Health England, comenta: «Nos complace saber que esta investigación respalda el consenso general: la ingesta de demasiadas grasas saturadas tiene un efecto negativo sobre la salud. Desgraciadamente se come demasiado, el 20% más de la cantidad recomendada. Esto eleva los niveles de colesterol y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular».

El estudio recibió financiación de United Kingdom Food Standards Agency y del Programa del Departamento de Investigacion sobre Políticas de la Salud (024/0036). Unilever I+D produjo y proporcionó los alimentos untables y los aceites según las especificaciones del estudio, pero no tuvo implicación alguna en el diseño, la implementación, el análisis o la interpretación de los datos.

Más información en American Journal of Clinical Nutrition.

Fuente: Medical Xpress

noticia-fibrilacion-auricular-infarto-cardiofamiliaLos investigadores de Wake Foret Baptist Medical Center, especializado en Investigación Epidemiológica en Cardiología, hallan que la fibrilación auricular se asocia con un solo tipo de ataque al corazón, el más común de los dos tipos existentes, es decir, el infarto de miocardio sin elevación del segmento ST, o IMSEST.

El estudio, dirigido por Elsayed Z. Soliman, MD, director del Centro se publica en la edición del 27 de abril de la revista Circulation de la American Heart Association. La fibrilación auricular es el trastorno más frecuente del ritmo cardiaco, y durante mucho tiempo ha sido conocido como factor de riesgo para sufrir un accidente cerebrovascular.

El estudio 2013 ha sido el primero en demostrar que la fibrilación ventricular también aumenta el riesgo de ataque al corazón. El nuevo estudio trata de arrojar luz sobre los mecanismos que subyacen tras un ataque al corazón vía fibrilación auricular examinando el vínculo que hay entre la fibrilación auricular y los dos tipos de ataque al corazón. Para lograr esto, Soliman y su equipo examinaron los historiales de 14.462 personas que formaban parte de un proyecto de investigación de la Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC), un estudio que se inició en 1987 y cuyo seguimiento duró hasta 2010. Su investigación no sólo confirmó que la fibrilación auricular aumenta el riesgo de ataque al corazón -en un 63 % en general, y con una tasa más alta en mujeres-, sino que también determinó que esta asociación se limita al tipo de ataque al corazón conocida como IMSEST (infarto de miocardio sin elevación del segmento ST).

Los ataques al corazón se dividen en dos tipos de acuerdo con la severidad del daño infligido al músculo cardiaco. El IMSEST (infarto de miocardio sin elevación del segmento ST) es el tipo menos grave, y se produce cuando un coágulo de sangre obstruye parcialmente una arteria coronaria y sólo se daña una parte del músculo cardiaco. El IMEST (infarto de miocardio con elevación del segmento S) ocurre cuando la arteria queda completamente bloqueada por el coágulo de sangre, lo cual provoca daños prácticamente en todo el músculo cardiaco.

Soliman afirma que el hallazgo de que la fibrilación auricular se asocia sólo con ataques cardiacos IMSEST sugiere que los factores que contribuyen a la obstrucción parcial de las arterias coronarias o al incremento de la demanda de oxígeno, como puede ser el aumento repentino de la frecuencia cardiaca, es más probable a la hora de explicar la asociación entre la FA y el ataque al corazón que aquellos factores vinculados a la obstrucción total causados por la migración de un coágulo de sangre en una arteria coronaria desde el lugar de su formación.

"Estos resultados tienen implicaciones importantes de cara a la gestión del riesgo de ataque al corazón en personas con fibrilación auricular", afirmó Soliman. "Por ejemplo, los anticoagulantes que se recetan comúnmente a las personas con fibrilación auricular para prevenir el accidente cerebrovascular pueden no ser tan eficaces en la prevención de ataques al corazón en este segmento de la población."

Para saber más sobre la fibrilación auricular, pulse aquí.

Fuente: Medical Xpress

infarto-mujeres-jovenes-estres cardiofamiliaLas mujeres jóvenes y de mediana edad sufren más estrés que los hombres, hecho que podría contribuir a una peor recuperación tras un infarto agudo de miocardio (IAM), según los nuevos hallazgos de la Facultad de Medicina de Yale, publicados en la última edición de la revista Circulation.

«Las mujeres tienden a indicar un mayor estrés y más acontecimientos vitales estresantes que los hombres, posiblemente a causa del sus diferentes roles en la vida familiar y laboral", afirma el primer autor del estudio Xiao Xu, profesor asistente en el Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción de la Facultad de Medicina de Yale. "Esta desemejanza en los niveles de estrés puede ser una razón importante que explicaría las diferencias existentes entre sexos a la hora de la recuperación de un infarto agudo de miocardio."

Xu y sus colaboradores usaron datos de VIRGO (Variation in Recuperation: Role of Gender Outcomes on Young AMI Patients [Variación en la Recuperación: el Papel del Género sobre los Resultados en Pacientes Jóvenes con IAM]), que es el mayor estudio observacional potencial de mujeres jóvenes y de mediana edad y hombres con IAM. VIRGO estudió pacientes con IAM de entre 18 y 55 años de edad a partir de una amplia red con cobertura en 103 hospitales en los Estados Unidos, 24 en España y 3 en Australia, en el periodo 2008-2012. 

Xu y su equipo midieron el estrés psicológico autopercibido de los pacientes durante la hospitalización inicial por infarto agudo de miocardio. Hicieron 14 preguntas a los participantes, en las que se les inquirió sobre el grado de sus situaciones vitales durante el último mes: si habían sido impredecibles, incontrolables y sobrecargadas. Una pregunta, por ejemplo, fue: «En el último mes, ¿cuántas veces se ha alterado por algo que sucedió de forma inesperada?» La respuesta a cada ítem se puntuó con nunca (0), casi nunca (1), a veces (2), con bastante frecuencia (3), y muy a menudo (4). El equipo midió la recuperación de cada paciente en función de los cambios en su estado-angina específico, y de la salud en general entre la hospitalización inicial por infarto agudo de miocardio y el estado un mes después del IAM. 

En comparación con los hombres, las mujeres mostraron índices significativamente más elevados de diabetes, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia renal crónica, depresión y cáncer, así como stents previos, insuficiencia cardiaca congestiva y accidente cerebrovascular. Las mujeres también eran más propensas a tener hijos o nietos a su cargo, por lo que estaban sometidas a mayor tensión por razones económicas. «Este estudio es distintivo, ya que se centra particularmente en mujeres jóvenes y en ir más allá de los predictores de riesgo tradicionales para revelar cómo el contexto vital de estas personas influye en su pronóstico", dijo el autor principal Harlan M. Krumholz, MD, investigador principal del estudio VIRGO. Xu añadió: «Ayudar a los pacientes a desarrollar actitudes positivas y a afrontar situaciones de estrés no sólo puede mejorar su bienestar psicológico, sino que también ayuda a la recuperación después de un IAM». 

Fuentes:  Yale School of Medicine

perdida-memoria-ictus-accidente-cerebrovascular-cardiofamilia Según un estudio dirigido por el profesor Arfan Ikram, neuroepidemiólogo de la Universidad Erasmus de Rotterdam, las personas con alto nivel educativo que se quejan de fallos de memoria tienen mayor riesgo de accidente cerebrovascular. 

"Los estudios han demostrado que el ictus causa problemas de memoria", afirma Arfan Ikram. "Teniendo en cuenta la patología vascular subyacente compartida, nos hicimos la pregunta inversa: ¿Indican las quejas sobre fallos de memoria un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares? 

El Estudio de Rotterdam contó con 9152 participantes de 55 años que cumplimentaron un cuestionario con quejas subjetivas sobre la memoria y realizaron un Mini Examen del Estado Mental (MMSE). 

Los datos de 2012 señalan que se produjeron 1134 accidentes cerebrovasculares: 663 eran de origen isquémico; 99, hemorrágico; y 372 de origen no específico.

Las quejas subjetivas sobre la memoria se asociaron con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular; sin embargo, una puntuación MMSE superior no se relacionaba con mayor riesgo.

Por otra parte, las personas con problemas de memoria tenían un 39 por ciento más riesgo de accidente cerebrovascular si su nivel educativo era superior. El hallazgo es comparable a la relación entre las quejas subjetivas sobre la memoria y la enfermedad de Alzheimer entre las personas con estudios superiores.

"Dado el papel que juega la educación a la hora de desvelar las quejas subjetivas sobre la memoria, investigamos esa misma relación pero en tres grupos distintos: de educación baja, de educación media y de educación alta", señala Ikram. "Nuestro hallazgo fue que la relación de quejas de memoria con el ictus fue más elevada entre las personas con los niveles educativos más altos. En caso de confirmarse este aspecto en futuras investigaciones, me gustaría evaluar si aquellas personas que se quejan de cambios en su memoria deben considerarse objetivos prioritarios para una mayor evaluación de riesgos y la prevención de posibles accidentes cerebrovasculares".

Los investigadores clasificaron el nivel de educación en tres grupos: bajo nivel de educación (sólo la educación primaria); educación intermedia (educación primaria, y algún tipo de educación superior; la formación profesional inferior; la educación profesional de grado medio; o la educación secundaria general), y educación superior (formación profesional superior o formación universitaria). 

Los resultados del estudio son homogéneos para hombres y mujeres. Más del 95 por ciento de los participantes en el estudio son de raza blanca y residentes en Rotterdam. Ikram señala que los estudios futuros deben incluir grupos raciales más diversos.

El accidente cerebrovascular sobreviene cuando un vaso sanguíneo que porta oxígeno y nutrientes al cerebro es bloqueado por un coágulo o bien cuando se produce alguna rotura. Cuando esto ocurre, parte del cerebro no puede conseguir la sangre ni el oxígeno necesarios, de tal manera que las células cerebrales mueren. En España fallecen en torno a 40.000 personas por accidentes cerebrovasculares cada año

Fuentes:  American Hearth Association

ondas-cerebralesInvestigadores del Ottawa Health Institute y la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UM SOM) han descubierto una nueva vía a través de la cual el cerebro emplea un esteroide inusual para controlar la tensión sanguínea. El estudio, que además sugiere nuevos abordajes en el tratamiento de la hipertensión y el fallo cardiaco, se publicó ayer 2 de octubre en la revista PLOS ONe.

“Esta investigación nos proporciona una nueva forma de entender cómo trabajan juntos el cerebro y el sistema cardiovascular”, comenta Dr. John Hamlyn, uno de los principales autores del estudio y profesor de fisiología en la University of Maryland School of Medicine. “Abre una vía nueva para el trabajo en tratamientos innovadores y con abordajes que podrían ayudar a los pacientes en un futuro”.

Desde hace décadas, los investigadores saben que el cerebro controla el diámetro de las arterias periféricas a través del sistema nervioso. Los impulsos eléctricos del cerebro pasan a las arterias a través del sistema nervioso simpático. Este sistema es esencial para la vida normal, pero entre los pacientes con hipertensión o insuficiencia cardiaca, este sistema frecuentemente está sobreexcitado. De hecho, la acción de muchos fármacos empleados para controlar la hipertensión y la insuficiencia cardiaca es disminuir la actividad del sistema nervioso simpático.

Sin embargo, estos fármacos a menudo producen efectos segundarios importantes, como cansancio, mareos, depresión o disfunción eréctil. “Estos inconvenientes han llevado a que se busquen formas novedosas de inhibir la acción nerviosa simpática a la vez que se reduzcan los problemas de los pacientes”, señala el Dr. Franz Leenen, director del Área de Hipertensión en el Ottawa Heart Institute, y otro de los autores principales del estudio.

El Dr. Leenan, en colaboración con el Dr. Hamlyn y el Dr. Mordecai Blaustein, profesor de Fisiología y Medicina en la UM SOM, han llevado a cabo su investigación con un modelo animal de hipertensión, y han descubierto una nueva conexión entre el cerebro y la tensión sanguínea elevada: un esteroide poco conocido llamado ouabaína.

El estudio es el primero en identificar la ruta por la que el cerebro regula el diámetro de las arterias con ouabaína en el flujo sanguíneo, y provoca un aumento en las proteínas contráctiles en las arterias. Esta ruta humoral “crónica” actúa conjuntamente con la vía del sistema simpático nervioso más “aguda” a fin de controlar la función de las arterias, y por lo tanto contribuye, entre otras cosas, a la hipertensión.

“Ahora que entendemos el papel de la ouabaína, podemos empezar a investigar cómo modificar esta nueva vía para ayudar a las personas con problemas cardiovasculares”, dice Dr. Blaustien. “Tiene un enorme potencial”. El Dr Blaustien, que lleva investigando esta sustancia desde 1977, opina que los fármacos que bloquean los efectos de la ouabaína pueden mejorar las vidas de las personas que padecen hipertensión o insuficiencia cardiaca.

Fuentes: PLOS ONeMedical Xpress

Analges-antiinflamtorio-y-mayores-riesgos-04-07-2014-cardiofamilia Un estudio de la Universidad de Florida ha descubierto que el uso habitual de algunos fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) aumenta el riesgo de infarto cerebral, ataque al corazón y muerte en mujeres posmenopáusicas. El estudio se ha publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.

Los investigadores informan que el uso habitual de naproxeno, el componente activo en fármacos como Aleve, se relaciona con un aumento del 10 % en el riesgo de sufrir ataque al corazón, infarto cerebral o muerte en mujeres postmenopáusicas, según el cardiólogo de la Universidad de Florida y autor principal del estudio, Dr. Anthony Bavry. La ingesta habitual se definía como un uso mínimo de dos veces por semana en las dos semanas previas.

“Esto contradice la percepción de la comunidad médica sobre los AINE, ya que la mayoría de las personas creen que el naproxeno es más seguro”, explica Bavry. “Nuestro estudio muestra que el naproxeno no es más seguro; de hecho, es pernicioso.”

Bavry y sus investigadores colaboradores de Harvard y otras universidades han analizado datos de más de 160.000 mujeres postmenopáusicas que participaron en una encuesta que formaba parte de la Iniciativa para la Salud de la Mujer (en inglés: Women’s Health Initiative), un estudio observacional financiado por los Institutos Nacionales de Salud que ha durado 15 años. De las mujeres participantes, 53.142 reconocieron usar de forma habitual los AINE. Incluso después de aplicar controles por obesidad, hipertensión, diabetes, el uso de aspirina y otros factores de salud, los investigadores hallaron un aumento del riesgo por ataque al corazón, infarto cerebral o muerte entre las mujeres que usaban ciertos tipos de AINE. Una de las coautoras del estudio, Dra. Marian Limacher, ha sido la investigadora principal de la Universidad de Florida para la Iniciativa para la Salud de la Mujer desde 1994. Hace hincapié en que el estudio ha sido observacional, lo cual ha ayudado a que los investigadores encontrasen vínculos entre el uso de los AINE y los impactos cardiovasculares. Limacher añade, además, que ha sido el primer estudio de estas proporciones que ha examinado los efectos del uso habitual de los AINE en mujeres.

“Cuando estudiamos agentes tales como la aspirina, encontramos efectos diferentes en hombres y mujeres”, dice Limacher. “Los varones mostraron una reducción en infartos de miocardio, mientras que en el grupo de las mujeres mayores hubo una reducción de infartos cerebrales, pero no de infartos de miocardio, y esto forma parte de la razón por la que los que estudiamos a las mujeres opinamos que es imperativo disponer de una información adecuada acerca de los fármacos habitualmente usados tanto por los hombres como por las mujeres”.

Entre los AINE incluyen los fármacos de venta sin receta como naproxeno o ibuprofeno, además de medicamentos de venta bajo receta como rofecoxib, con nombre comercial Vioxx, y celecoxib, conocido por la marca Celebrex. Vioxx fue retirado del mercado en el 2004 precisamente por su relación con un riesgo mayor de sufrir un infarto de miocardio o un infarto cerebral.

El hallazgo principal del estudio confirma que el uso habitual de cualquier AINE está asociado con efectos negativos como la hemorragia digestiva. Aunque el estudio informa por primera vez del riesgo asociado al uso del fármaco naproxeno con el infarto de miocardio, infarto cerebral o la muerte, el estudio no ha hallado ningún daño cardiovascular o de infarto cerebral asociado con el uso del ibuprofeno.

Los AINE funcionan al inhibir las dos enzimas responsables de la inflamación (COX-1 y COX-2). También pueden ser causa de hemorragia en el estómago y en el tracto digestivo. Los AINE que sólo están dirigidos a la enzima COX-2, que se encuentra principalmente localizada en el lugar de la inflamación, están diseñados para impedir la hemorragia en el tracto digestivo, dice Bavry.

Sin embargo, estudios anteriores mostraron que los AINE que se dirigen exclusivamente a la enzima COX-2, entre los que se incluyen Vioxx y Celebrex, se han asociado con eventos adversos cardiovasculares tales como el infarto de miocardio o el infarto cerebral. Bavry opina que la inhibición de COX-2 es también el problema fundamental en el naproxeno.

“La gente tendrá que pensar en las medicinas que tienen en casa,” dice Bavry. “¿Tienen naproxeno, ibuprofeno u otro fármaco parecido?”

El estudio sólo ha considerado la relación entre los eventos cardiovasculares y el uso de los AINE, y no, por ejemplo, el efecto de los AINE en los riñones.

“Animamos al paciente a que use los fármacos durante el periodo más corto posible, y que se asegure de mantener un seguimiento periódico programado con su médico para realizar un control sobre posibles efectos en los riñones, y potencialmente por el riesgo de enfermedad cardiovascular.”

Fuente:  Medical Xpress

carneprocesada-e-insuficiencia-cardiaca Los varones que consumen cantidades moderadas de elaborados de carnes rojas pueden tener mayor riesgo de incidencia y mortalidad por insuficiencia cardiaca, según un estudio publicado por la American Heart Association. Las carnes elaboradas se conservan mediante ahumado, salazón y salmuera, o por la adición de conservantes. 

“Las carnes rojas elaboradas suelen contener sodio, nitrato, fosfatos y otros aditivos alimentarios, y las carnes ahumadas y a la parrilla contienen, además, hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden contribuir a un riesgo más elevado de insuficiencia cardiaca”, señala Alicja Wolk, D.M.Sc., autora principal del estudio y Profesora en la División de Epidemiología Nutricional en el Instituto de Medicina Ambiental, Karoninska Institutet, Estocolmo, Suecia. “Las carnes no elaboradas están libres de aditivos alimentarios y normalmente tienen un nivel más bajo de sodio”. 

El estudio se ha realizado entre varones suecos –se trata del primero que examina los efectos de la carne roja elaborada de forma independiente al consumo de la carne roja no elaborada– e incluye a 37.035 varones con edades comprendidas entre los 45 y los 79 años, sin historial de insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica o cáncer. Los participantes completaron un cuestionario sobre su ingesta alimentaria y otros factores de estilo de vida, y los investigadores realizaron un seguimiento desde 1998 hasta la fecha de diagnóstico de insuficiencia cardiaca, mortalidad o hasta el final del estudio en 2010.

Después de un seguimiento de casi 12 años, los investigadores encontraron que:

La insuficiencia cardiaca se diagnosticó en 2.891 hombres y otros 266 fallecieron debido a insuficiencia cardiaca.

Los hombres que consumían más carnes rojas elaboradas (75 gramos/día o más) tenían el 28% más de riesgo de padecer una insuficiencia cardiaca en comparación con los hombres que menos consumían (25 gramos/día o menos) después de ajustes por múltiples variables de estilo de vida.

Los hombres que consumían las mayores cantidades de carnes rojas elaboradas tenían más del doble de riesgo de muerte por insuficiencia cardiaca que los hombres en la categoría de bajos consumidores.

Por cada aumento de 50 gramos (es decir, 1 a 2 lonchas de jamón) en el consumo diario de carne elaborada, el riesgo de la incidencia de insuficiencia cardiaca aumentaba en un 8%, y el riesgo de muerte por insuficiencia cardiaca en un 28%.

El riesgo de insuficiencia o muerte entre los que consumían carnes rojas sin elaborar no aumentó. 

Al inicio del estudio, los participantes completaron un cuestionario con 96 apartados acerca de su dieta. Las preguntas relativas al consumo de carnes elaboradas se centraron en el consumo de salchichas, productos de charcutería (jamón, salchichón), morcilla y paté de hígado durante el año anterior. Las preguntas sobre carnes no elaboradas incluían cerdo y ternera/carne de vacuno, incluyendo la carne picada y las hamburguesas.

Los resultados del estudio relativos al consumo total de carnes rojas concuerdan con los hallazgos del Physician’s Health Study, según los cuales los hombres que consumían un total más elevado de carne roja tenían un riesgo un 24% mayor de incidencia de insuficiencia cardiaca que los hombres que tenían el menor consumo.

“Para reducir el riesgo de insuficiencia cardiaca y otros enfermedades cardiovasculares, sugerimos evitar las carnes rojas elaboradas en la dieta, y limitar la cantidad de carnes rojas no elaboradas a una o dos porciones por semana, o incluso menos”, comenta Joanna Kaluza, Ph.D, autora principal de estudio y profesora adjunta en el Departamento de Nutrición Humana en la Universidad de Ciencias de la Vida, Varsovia, Polonia. “En cambio, siga una dieta rica en fruta, hortalizas, productos de granos integrales y frutos secos, y aumente la ingesta de porciones de pescado.”

Los investigadores dicen que esperan hallar resultados similares en un estudio actualmente en curso sobre mujeres. Casi seis millones de americanos padecen insuficiencia cardiaca y alrededor del 50% muere en los 5 años post-diagnóstico. Se calcula que el gasto en sanidad y la pérdida de productividad debido a la insuficiencia cardiaca asciende a 34 billones de dólares cada año, según los investigadores.

La American Heart Association recomienda un régimen alimentario con énfasis en la fruta, las hortalizas, los cereales integrales, los productos lácteos bajos en grasa, las aves, el pescado y los frutos secos, y limitar el consumo de carnes rojas, las comidas y las bebidas azucaradas. Como recomendación para las personas que comen carne, se deben consumir carnes y aves magras, sin piel, y comer pescado un mínimo de dos veces a la semana –preferentemente los pescados ricos en ácidos grasos Omega-3, tales como el salmón, la trucha y el arenque. 

Fuentes: Circulation: Heart FailureMedical Xpress

Hit-entrenamiento-alta-intensidad La diabetes tipo 2 se puede prevenir con tan sólo dos sesiones de entrenamiento de alta intensidad a la semana, según un estudio de la Universidad de Abertay publicado en la revista Biology. Por lo general, se establecen cinco sesiones de treinta minutos de ejercicio a la semana como adecuadas para mantener la salud, pero muy pocas personas logran esos ratios de entrenamiento por falta de tiempo.

El equipo de investigación encargado de este estudio señala que el HIT (entrenamiento de alta intensidad basado en series de ejercicios lentos y concentrados hasta el fallo muscular) es la manera perfecta para que las personas con escasez de tiempo mejoren su salud. En el estudio se ha contado con adultos con sobrepeso (y por lo tanto con alto riesgo de padecer diabetes), a los que se les ha programado entrenamiento de alta intensidad durante un periodo de ocho semanas. Debían esprintar en bicicletar estática dos veces por semana y cada sprint duraba seis segundos. En cada sesión se hacían diez sprints. La media de ejercicio ascendía a tan sólo dos minutos de ejercicio a la semana.

Este programa breve pero de alta intensidad mejoró significativamente la salud cardiovascular y la sensibilidad a la insulina (la capacidad del cuerpo para eliminar la glucosa de la sangre) de los participantes. Se trata de la primera vez que se ha demostrado la consecución de efectos positivos sobre la salud con tan poco ejercicio. Investigaciones previas realizadas por el mismo equipo habían demostrado que se necesitaban tres sesiones de HIT a la semana, pero este estudio demuestra que esos beneficios se pueden lograr con sólo dos sesiones.

El doctor John Babraj, que dirige al equipo de investigación de entrenamiento de alta intensidad en la Universidad de Abertay, explica: "En este estudio se han investigado los beneficios del entrenamiento de alta intensidad (HIT) en un grupo de población en riesgo de desarrollar diabetes, como son los adultos con sobrepeso y de mediana edad. Hemos comprobado que el entrenamiento de alta intensidad no sólo ayuda a reducir el riesgo de desarrollo de la enfermedad, sino también que basta con que el programa de ejercicio se realice sólo dos veces a la semana para llegar a obtener beneficios cardiovasculares [...] Lo que se debe hacer es aplicar el máximo esfuerzo posible en las pruebas de velocidad [...] El entrenamiento de alta intensidad es rápido y eficaz. Aunque es bien sabido que el ejercicio es una terapia poderosa para el tratamiento y la prevención de la diabetes tipo 2, sólo el 40 por ciento de los hombres y el 28 por ciento de las mujeres en Reino Unido alcanzan la cantidad recomendada de treinta minutos de ejercicio de intensidad moderada cinco días a la semana [...] El entrenamiento de alta intensidad ofrece una solución a este problema y tiene el beneficio añadido de que reduce el riesgo de enfermedades que actividades como caminar -incluso si realiza cinco días a la semana durante treinta minutos- no consiguen ofrecer. Existe una relación clara entre la intensidad del ejercicio y la mejora de la salud".

Fuente: Abertay University

celulas-madre-esperanza-sindrome-qt-largo-cardiofamiliaEl síndrome de QT largo es una enfermedad del corazón hereditaria, incurable y potencialmente letal. En su forma más grave, puede desencadenar graves trastornos del ritmo cardiaco, que a su vez pueden dar lugar a insuficiencia cardiaca. Algunas familias descubren que padecen el síndrome de QT largo sólo cuando muere algún miembro, a veces un niño. Los tratamientos pueden mitigar los peores efectos de QT largo, pero estos mismos tratamientos pueden acarrear graves efectos secundarios.

Ahora, sin embargo, hay nuevas esperanzas para contrarrestar los peores efectos del síndrome de QT largo, gracias a un proyecto pionero de tecnología con células madre, liderado por Christ Denning, de la Universidad de Nottingham, Reino Unido. Los científicos de este proyecto han creado en el laboratorio agrupaciones de células madre de los pacientes para su uso como bancos de pruebas que se orienten a nuevos tratamientos. La característica principal es que estas células laten. Un latido contiene cinco ondas, llamadas P, Q , R, S y T. En QT largo la distancia entre la Q y la onda T es excesivamente larga, lo cual conlleva latidos irregulares. "En la actualidad, el tratamiento de QT largo supone que se le receten al paciente betabloqueantes de por vida, o bien es necesario implantar un pequeño desfibrilador electrónico para mantener regular el ritmo cardiaco", explica el profesor Chris Denning.

"Sin embargo, ambos tratamientos tienen graves efectos secundarios. Los betabloqueantes pueden provocar fatiga y náuseas, y algunos pacientes no los toleran. De igual modo, los desfibriladores, que requieren intervención quirúrgica, pueden presentar dificultades de tolerancia, especialmente en niños". Por otra parte, el hecho de realizar pruebas con fármacos en células del corazón también es un proceso difícil. "Necesitamos células del corazón del paciente para poder probar diferentes fármacos en ellas -dice Denning-. Pero no podemos extraer tejidos del corazón mediante cirugía invasiva, porque no es práctico ni ético."

Los investigadores del laboratorio de Denning, que trabajan con fondos de British Heart Foundation y Heart Research UK, han ideado una ingeniosa solución: toman muestras de piel de los pacientes y las utilizan para crear células del corazón. Estas células de la piel se bañan en nutrientes, que las transforman en células madre, un tipo de célula que puede convertirse en cualquier tejido. Mediante el uso de otras técnicas los investigadores pueden convertir estas células madre básicas en células cardiacas especializadas.

"El aspecto determinante es que estas células del corazón se pueden cultivar en el laboratorio. Se colocan en placas de Petri y se pueden ver latiendo, exactamente igual que lo hacen en el propio organismo. Y debido a que se toman de la piel de pacientes con síndrome de QT largo, que son portadores del defecto genético que causa la enfermedad, ello implica que son células ideales para probar los fármacos. Se trata de un avance muy importante".

Denning agregó que ya se están testeando varios fármacos. "Tengo la esperanza de que podamos conseguir progresos reales de cara a su uso clínico en los próximos cinco años".

Fuente: The Guardian

cateter-articulo-guias-enfermedad-valvular Se han presentado las nuevas guías de la American Heart Association y el American College of Cardiology para ayudar a los facultativos a evaluar con mayor eficacia la gravedad de la enfermedad valvular. Más de cinco millones de personas son diagnosticadas anualmente de enfermedad cardiaca valvular, y en muchos casos los afectados no habían percibido ningún síntoma.

Las directrices recién publicadas, que se basan en los últimos descubrimientos científicos, orientan a mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad valvular cardiaca. La enfermedad valvular cardiaca aparece cuando una de las cuatro válvulas del corazón impide que la sangre fluya correctamente a través del corazón. La válvula puede ser demasiado pequeña o estrecha, o puede no cerrarse adecuadamente.

La válvula cardiaca puede ser anómala de nacimiento o bien puede desarrollarse como tal con el paso del tiempo. Estas directrices ayudan a evaluar la gravedad de la enfermedad cardiaca valvular atendiendo al grado de estrechamiento de la válvula o la aparición de fugas, a la presencia de síntomas, a la respuesta de las cámaras del corazón a la lesión valvular o a cualquier cambio en el ritmo cardiaco.

Con esta evaluación de riesgos también se puede determinar qué tratamiento es más adecuado para el paciente. Hay quienes a lo largo de la vida sufren problemas valvulares leves que nunca requieren cirugía. Sin embargo, una vez que una válvula cardiaca comienza a afectar la capacidad del corazón para bombear la sangre, es probable que se requiera la reparación o el reemplazo de dicha válvula. Por primera vez las nuevas guías hacen referencia a la sustitución de la válvula aórtica transcatéter, un procedimiento relativamente nuevo, al igual que la colocación de un stent en una arteria.

Este y otros procedimientos menos invasivos ofrecen alternativas para aquellos pacientes que hasta la fecha afrontaban riesgos muy altos en el tratamiento. Así pues, los nuevos avances posibilitarían la intervención quirúrgica en pacientes que hasta ahora no tenían opción a cirugía, y también en aquellos que pudieran padecer una enfermedad grave, aun con escasa sintomatología.

Fuente: American Heart Association

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